
Y llega y todos los focos parpadean.
Vibra muy alto. Doce botellas truenan, apenas mis arterias soportan.
Es un meteorito cayendo con furia. No entiendo el aura que le persigue.
Su voz tiene un tono que no puedo describir, pero me provoca calambres en mi nuca.
Me mira como si fuera la última vez, siempre quizá lo es. Siempre quizá lo es.
El brillo de sus ojos cegándome. Todo en tan poco tiempo.
No hay misericordia, solo son segundos para reaccionar, pero siempre he sido un pendejo, otra vez me quedo inmóvil.
Tanto por decir y yo abrumado por la sorpresa, por la velocidad del tiempo.
Da y quita y eso enloquece. Va y viene. Se me ocurren doscientas preguntas, pero ante mi falta de valor y cómo su aroma me controla, ya mejor no intento decir nada. Yo solo quiero treparme a sus ojos.
El abrazo corto acaba y me derrumbo.
Y tiemblo. Y no supo. Y no supe si ella tembló. Eran unos metros para cambiar el rumbo de la noche, pero de nuevo se fue sin decir nada.
Y no tiene idea de lo que provocó, y está bien. Y no tiene idea que me regaló el insomnio, y está bien. Quisiera saberme frases de Benedetti, para lograr que se quede unos segundos más, pero se fue.
¿Qué haces con esos gritos que te rompen los ojos al declararte que aunque solo estuviste unos segundos a su lado y jamás la vas a olvidar el resto de tu vida…jamás.? ¿Qué mierdas haces con esa impotencia? ¿Dónde hay grupos de ayuda para este dolor?
Dylan, Los Rollings, Sabina, Cerati, nadie me contesta, todos me mandan a buzón; de ella ni su teléfono tengo.
¿Y qué hago con la bomba que metió en mi pecho?
¿Y qué hago con las luciérnagas que inyectó en mis venas?
¿Y con sus pómulos prepotentes? ¿Qué hago con esta poesía hecha lodo en mi traquea? ¿Cómo me ato los dedos?
Se fue. Vuelvo al precipicio oscuro, destrozado, pero de nuevo alcanzo a sonreír. Porque aunque voy en caída libre, sé que su aroma jamás se despegará de mi antebrazo izquierdo y el eco de su voz se quedará atorado por siempre en mi tímpano.
Todos tan solos. Todos fingiendo.Todos cerrando los ojos al coger, al besar, al soñar, porque la realidad esta gris, borrosa y confusa…yo no tengo que cerrarlos, porque sigo cayendo en este precipicio oscuro en donde no veo nada, pero al pensarla me emociono; en donde no hay nada, pero a veces siento su presencia, en donde de pronto, se me aparece su silueta….la cual nunca he tocado.
Otra vez se fue sin saber que dejó el lugar lleno de luces multicolores.
Kato Gutiérrez, @2022