Esos segundos que extrañas.


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Escrito para ser parte del sueño de ayudar a que niños puedan ver.
Para @Nachito10, para Jonathan, para Alondra, para Destellos de Luz A.C. para que el amor triunfe.

 

No sabes lo que es apagar el despertador a las oscuras cinco de la mañana para ir a correr un domingo cualquiera, Nacho si. Tú no sabes lo que es solo ver destellos de luz, Jonathan si. Tú sabes lo que es ver el brillo del sol en las rocas de la montaña, él no.

¿Cómo describirías una sonrisa? ¿Cómo la platicas? ¿Cuál es el sentimiento? No encuentro fuerzas para describirle una sonrisa a un niño que jamás la ha podido ver. No encuentro valor para abrazarlo he intentar darle algo de esperanza, para intentar cuidar su corazón antes que el mío.

Nunca estuviste tan cerca de convertirte en un super héroe, pero en uno memorable, de esos que dejan huella en la vida de personas, no sólo películas. Estás a sólo dos clicks. Tu la tienes sencilla: dos clicks, unos segundos de generosidad, de amor, de esos segundos que extrañas. Nacho la tiene complicada, tan complicada que levantarse temprano es de los retos más simples de todos lo que enfrenta ahora, quien diría: el cigarro, el maldito cigarro. Su cuerpo extraña la nicotina, el recuerdo del placer de fumar la raspa la piel por dentro, comezón terca y constante, hasta pareciera que los pulmones se expanden hasta causar dolor, exigiendo humo en ellos. Las manos tiemblan, el cuerpo suda en reposo, está en un debate sin sentido pidiendo placer momentáneo, todo está relacionado a recuerdos del cigarro, del humo, del toque, del placer de meter humo al cuerpo. Tan rico. El Nacho no puede volver a hacerlo. O chiflas o cantas. O corres o fumas. O cumples el reto o fallas. O cambias una vida para siempre o siempre quedarás en el olvido.

Todos podemos empezar cambiando la propia, para luego osar cambiar la de alguien más. Nacho ha cambiado mucho. Tú puedes empezar cambiando la tuya, con solo dos clicks. Magos de excusas, lista de motivos para ni siquiera intentar. Jonathan a lo lejos escucha callado. Pinta una débil sonrisa en su cara salpicada por algo de ilusión, no entiende como es que pronto podrá ver. Tú no entiendes porque no se había hecho algo antes. Y no entendemos porque se nos complicó tanto ser felices. No entendemos cuando dejamos de pensar en los demás. No supimos cuando cambiamos de camino, de canal y de sintonía, pero al parecer nos equivocamos. Jonathan toma lo que la vida le da, y espera callado, espera sonriendo entre Destellos de Luz.

Uno, cinco, diez, treinta, cuarenta y dos kilómetros. Los que sean al correrlos se sienten eternos. Los músculos reclaman, los huesos truenan, el oxígeno desaparece de tú ser, falta tiempo, sobran motivos para parar. La mente se aburre de escuchar los reclamos de cada parte del cuerpo. Y ni la mente, ni el cuerpo, ni el espíritu sabe el motivo de seguir moviendo el cuerpo, de correr, de llegar, de vencer, de alejarte de la muerte viviendo cada paso más fuerte. ¿Tú cuantos has corrido? ¿Cuántos días has pasado en la oscuridad? ¿Y si un paso tuyo le ayudara a alguien, lo darías?  Nacho avanza, muchos niños lo esperan. Venga Nacho, duerme, sueña, corre, cumple, vence. Nacho va a correr un maratón para lograr fondos para una cirugía que le de la vista a Jonathan. A ti también te esperan muchos sueños, muchas deudas, muchas cosas por hacer. Hoy tu no tienes que correr un maratón, solo tienes que unirte a este sueño, estás sólo a dos clicks de distancia: https://fondeadora.mx/projects/reto-epix

¿Y si correr un maratón le daría la vista a un niño, lo correrías?

Kato Gutiérrez © Mayo del 2014

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